Ditto Mic Looper y mi retorno a las bases del looping

Casa del Lago, 2017
Foto: Angie Mezca

Mi historia con el looping no empieza con el Ditto Mic Looper, pues empecé a crear piezas de spoken word (poesía en voz alta) y loops en 2011.

En ese tiempo tenía un proyecto llamado Frágil con Iraida Noriega y Leika Mochán  el cual implicaba muchos loops, algunos vocales, otros instrumentales, otros con una guitarrita de juguete que tenía Leika y que creo ya no existe. Ellas utilizaban un Line 6 DL4 y sus posibilidades para hacer los loops y yo me sumaba con el spoken word.  Si ya te dio curiosidad por escuchar ese proyecto puedes hacerlo aquí. Así me picó el bicho del looping y terminé por comprarme un DL4 y en 2011 presenté Chilanga Habla,  una obra para poeta y Line 6 DL4. Posteriormente lo usé para montar algunas piezas del Bombón Vudú mi tercer poemario spoken word. A continuación algo de esa etapa.

Debo confesar que a pesar de haber experimentado durante unos años con el Line 6 no logré sentirme totalmente cómoda con él. A veces sentía que perdía nitidez o no tenía todas las posibilidades que yo quería.  En otras ocasiones mis complicaciones se derivaban de mis propias limitaciones rítmicas y vocales. A pesar de todo el bicho del looping  ya me había picado y tiempo después cambié de looper a un Voicelive  de TC Helicon, en el cual terminé por procesar varias  de las piezas de Respira Poesía,  una colección de piezas spoken word que presenté en la FLUPP de Brasil en 2016.

El Voicelive tiene muchas más opciones, más posibilidades para procesar las voz y hacer loops. También tiene un canal para guitarra, pero sobretodo está hecho para vocalistas y eso hace una gran diferencia. Definitivamente me gusta más que el Line 6 y aunque siento que aún tengo mucho jugo que sacarle. Sin embargo, al momento de loopear en el Voicelive extrañaba los controles del Line 6, ya que en el Voicelive es como tocar una pantalla plana.

Hace cosa de un mes me hice de un Ditto Mic Looper que me llevó de vuelta  los aspectos más básicos del looping. De tal manera que durante algunos días me viajé recordando y replanteándome lo que se puede hacer con un micrófono y un looper sin efectos. En medio de estos experimentos grabé este fragmento de una versión a The House of the Rising Sun,  caracterizada por un tempo un poco  más rápido que las versiones más populares.

 

Puede ser que aún no haya vislumbrado la quintaesencia del looping, pero  más allá de eso he pasado un buen rato jugando con los sonidos, las texturas, la sensación del tiempo y la posibilidad de acompañarme a mí misma. La cual probablemente sea una de las razones cruciales por las que las personas se inician en este ejercicio y de paso retomé este espacio de Crónicas autorreferentes, con cierta expectativa por lo que habré de compartirte este 2018.

 

¿Tienes alguna experiencia haciendo loops? ¿Qué equipo usas? Déjame tus tracks y videos en los comentarios 😉

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