George Orwell según George Orwell

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George Orwell, nacido bajo el nombre de Eric Arthur Blair en Bengala, contestaba su correspondencia religiosamente; de hecho el escritor llegaba a meterse en apuros para contestar las cartas de personas que conocía poco o nada. La gente a cambio, conservó sus misivas a través de los años haciendo posibles una serie de antologías que ponen la voz de Orwell al alcance de los lectores, quienes encontrarán en la siguiente epístola dirigida a Richard Usborne un 26 de agosto de 1947 desde Barnhill, Jura[1], la perspectiva que este escritor tenía de si mismo a los cuarenta y cuatro años de edad; es decir, tres años antes de su muerte en 1950.

 

“Estimado Sr. Usborne,

 

Muchas gracias por su carta del 22. Responderé sus preguntas lo mejor que pueda. Nací en 1903, fui educado en Eton donde tenía una beca. Mi padre fue un servidor público para el gobierno de la India, mi madre, también venía de una familia anglo-india, con conexiones especialmente en Burma. Después de dejar la escuela serví durante cinco años en la Policía Imperial de Burma, pero el trabajo era totalmente inadecuado para mí y renuncié cuando vine a casa de licencia en 1927. Quería ser un escritor y viví la mayor parte de los años siguientes en París con mis ahorros, escribiendo novelas que nadie publicaría y las cuales subsecuentemente destruí. Cuando ya no tenía más dinero trabajé por un tiempo como lavaplatos, después volví a Inglaterra y realicé una serie de trabajos mal pagados usualmente como maestro, con intervalos de desempleo y funesta pobreza. (Esa fue la temporada baja.) Casi todos los incidentes descritos en “Sin Blanca en París y Londres” [2] sucedieron de verdad, pero en tiempos distintos y yo las entretejí para hacer una historia continua. Efectivamente trabajé en una librería durante casi un año en 1934-5, pero sólo puse esto en “Que no muera la aspidistra”[3] para dar antecedentes. El libro no es, creo, autobiográfico y nunca he trabajado en una oficina de publicidad. En general mis libros han sido menos autobiográficos de lo que la gente ha asumido. Hay pedazos de verdadera autobiografía en Wigan Pier[4] y por supuesto, en “Homenaje a Cataluña”[5], que es estricto reportaje. Incidentalmente “Que no muera la aspidistra” es uno de varios libros que no me interesan y los cuales he suprimido.

 

Sobre política, sólo estuve intermitentemente interesado en el tema hasta 1935, aunque creo que podría decir que siempre me incliné más o menos hacía la izquierda. En Wigan Pier por primera vez intenté desarrollar mis ideas. Sentía, y aún siento, que hay grandes deficiencias en toda la concepción del socialismo y todavía me preguntaba si había otra salida. Tras haber echado un buen vistazo a lo peor del industrialismo británico, es decir, en las zonas mineras, llegué a la conclusión de que es un deber trabajar por el socialismo; incluso si uno no es atraído emocionalmente por él, ya que prolongar las condiciones actuales es simplemente intolerable y no hay ninguna solución viable a excepción de algún tipo de colectivismo, porque eso es lo que la mayoría de la gente quiere. Por el mismo tiempo, me infecté de un horror al totalitarismo, el cual de hecho ya tenía bajo la forma de hostilidad hacia la Iglesia Católica. Luché durante seis meses (1936-7) en España del lado del gobierno y corrí el infortunio de verme mezclado en la lucha interna del lado del gobierno, lo cual me dejó la convicción de que no hay mucho que elegir entre el comunismo y el fascismo; sin embargo por varias razones escogería el comunismo si no hubiera otra opción disponible. He sido vagamente asociado con Trotskistas y anarquistas y más cercanamente con el ala de izquierdista del Partido Laborista. Fui el editor literario de Tribune, luego del periódico de Bevan[6], durante un año y medio (1943-5), y he escrito para él durante una temporada más larga que eso. Pero nunca he pertenecido a ningún partido político, y yo creo que incluso políticamente soy más valioso si registro lo que creo verdadero y me niego a seguir la línea de un partido.

 

A principios del año pasado decidí tomar unas vacaciones, ya que he estado escribiendo cuatro artículos a la semana durante dos años. Pasé seis meses en Jura, durante este tiempo no trabajé en nada, luego regresé a Londres y como de costumbre hice periodismo durante el invierno. Posteriormente regresé a Jura y empecé una novela que espero terminar para la primavera de 1948. Estoy tratando no hacer nada más mientras continúo con esto. Ocasionalmente escribo reseñas de libros para el New Yorker. Tengo la intención de pasar el invierno en Jura este año, en parte porque parece que no puedo mantener la continuidad de mi trabajo en Londres y en parte porque será un poco más fácil mantenerme caliente aquí. El clima no es tan frío, la comida y el combustible son más fáciles de obtener. Tengo una casa bastante cómoda aquí, aunque está en un lugar alejado. Mi hermana (Avril) se encarga de la casa por mí. Soy viudo con un hijo que tiene poco más de tres años.

 

Espero que estas notas le ayuden. Temo que no puedo escribir nada para la Strand en este momento porque como he dicho, estoy tratando de no involucrarme con trabajo externo. Sólo tenemos un par de correos a la semana aquí, así que esta carta no saldrá hasta el día 30 y la dirigiré a Sussex.

 

Sinceramente suyo,

George Orwell»

 

 

 

 

[1] Fuente: Davidson, Peter, “George Orwell, A Life In Letters”, Liveright Publishing Corporation, 2010.

[2] Down and out in Paris and London, 1933

[3] Keep the Aspidistra Flying, 1936

[4] El camino a Wigan Pier, 1937

[5] Homage to Catalonia, 1938

[6] Aneurin Bevan

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