historia de un aneurisma

La historia de un aneurisma en la cabeza de un escritor

historia de un aneurisma

Esta mañana terminé de leer «La perla asesina. Historia de un aneurisma» de Ignácio de Loyola Brandão.

Un escritor y periodista brasileño que cuenta con más de cuarenta títulos publicados y que un día descubre que el responsable de sus más recientes malestares es un aneurisma alojado en su cerebro. Una perla asesina, que podría explotar en cualquier momento.

Los especialistas concurren: hay que operar. El escritor se aterra, por un lado el aneurisma podría matarlo en la siguiente respiración, al siguiente paso, parpadeo, visita al baño, copa, comida, palabra. Por otro lado, la solución es riesgosa, podría morir en la cirugía, o sobrevivir con parálisis, perder el habla, ser un vegetal.

historia de un aneurisma

«La perla asesina» es un libro autobiográfico que mezcla la memoria, la novela y el ensayo permitiéndonos entrar en el mundo interior de Ignacio de Loyola. A través de la narración descubrimos sus miedos, debilidades, recuerdos, temores, esperanzas. Con este libro el escritor nos da la oportunidad de presenciar como su apreciación de la vida cambia en el momento en que acepta la muerte como una posibilidad  constante

Descubrí lo esencial: ésta es mi vida, de ésta manera. Voy a vivirla así, con lo que tiene de bueno y malo, con alegrías e inquietudes, sufrimiento y felicidad, encargos, fastidios, encuentros y desencuentros. Ser contemplativo sin perder la agresividad que me estimula a producir, crear, ir en busca de un sueño. Intentar no dejarme envolver  por lo mecánico, mirar a los otros, medir la intensidad de sus problemas y la de los míos. Vivir la vida a mi manera y no preocuparme por mostrar tan sólo mi lado bueno, mi rostro fotogénico, porque esto acaba produciendo una tensión constante, una preocupación por no dejarme sorprender. No tener miedo a mostrarme frágil. Hacer lo quee puedo y tengo capacidad de hacer, no intentar corresponder a las imágenes  o los logros que se esperan de mí, conocer mis límites y mis posibilidades.

La prosa del autor es mordaz, fluida y llena de humor y lucidez haciendo de «La perla asesina» un relato que vale la pena leer. Ya que sus cuestionamientos sobre el sentido de la vida en general y su vida en particular lo llevan a reveladores hallazgos. Los cuales terminan por trascender la página para tocar nuestras emociones, nuestro propio apego a la vida, el miedo a morir, nuestra costumbre de pensar en la muerte cómo una posibilidad lejana casi abstracta y no cómo una realidad posible en todo momento.  Pero también trae esperanza: enfrentar a la muertes es perder el miedo a morir, lo cual implica una liberación profunda que nos hace posible vivir plenamente.

 

 Nada dura. Ni siquiera la tragedia. Hay un momento en que se convierte en comedia. Todo es cíclico. Lo que importa es seguir viviendo. La intensidad de cada momento asume una eternidad. Vivir es esto. Cada segundo dura siglos. Ahora lo sé, lo siento.»

 

 

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