Kamasi Washington es un hombre con un saxofón y a través de los  sonoros alaridos, ruidos y susurros de su instrumento es capaz de tejer hipnóticas y complejas improvisaciones. En el interior de este artista de Los Ángeles habita una música que supura energía, introspección y dramatismo. Nació en el seno de una familia musical, su madre era flautista y su padre un saxofonista profesional.

Su rango y flexibilidad le han permitido colaborar con una serie de artistas que parecen pertenecer a mundos y géneros distintos, entre ellos están Wayne Shorter, Lauryn Hill, Snoop Dog, Herbie Hancock, Raphael Saadiq y Chaka Khan. Pero fue en marzo de 2015 que su participación en el disco más reciente de Kendrick Lamar titulado“To pimp a butterfly” lo que lo puso en la mira de un público más amplio.  El disco ha vendido 642, 000 copias en Estados Unidos y la crítica lo recibió con los brazos abiertos. 

Sin embargo, lo mejor estaba por venir y en junio de 2015 Kamasi Washington presentó al público su opera prima que bajo el nombre de “The Epic” vertió en los oídos de las audiencias y los críticos una cascada de sonidos con aroma a vanguardia. Aunque de alguna manera podemos decir que las piezas necesarias para la producción de este álbum empezaron a alinearse en 1999 cuando Kamasi ganó la competencia John Coltrane en la cual se encontró con un joven Steven Ellison-  sobrino nieto de Alice Coltrane, quien posteriormente adoptó el nombre artístico Flying Lotus – sin saber que unos años después su intervención marcaría un punto de inflexión en su carrera musical.

“Conocí a Lotus hace tiempo- participamos en la competencia de John Coltrane. Él estaba ahí con Ravi (Coltrane). Era un pequeño niño. Años después Thundercat empezó a trabajar con Lotus y me lo recordó. Lotus y yo nos encontramos sin planearlo en una sesión de improvisación; él tocó y nos conectamos. Me preguntó si me gustaría hacer un disco con Brainfeeder”.

Washington creció en un barrio conocido como Inglewood en el que sus habilidades musicales le ayudaron a mantenerse al margen  de la violencia y las pandillas.  Sin embargo las experiencias que ahí vivió fueron el caldo de cultivo para “The Epic” su primer disco que en realidad son tres – “The plan”,“The glorious tale” y “Historic repetition”-y que sumados tienen la extravagante duración de tres horas. Durante las cuales nota a nota Kamasi abarca los sonidos de un universo personal sofisticado y espiritualmente intenso. De acuerdo al saxofonista 

“(este disco) mató la noción de que la gente tiene que ser estúpida y sólo puede entender música que es extremadamente simple”

Durante los 17 tracks que conforman este épico disco Kamasi Washington no sólo toca el saxofón, también hace gala de su talento como compositor. Ya que la instrumentación incluye a una orquesta de 32 piezas y un coro de 20 personas quienes desarrollan una historia de la mitología personal de Washington sin necesidad de usar palabras.

“The Epic” es una historia que empieza con un viejo guerrero viviendo en la cima de una montaña. Él es el responsable de guardar las puertas de la ciudad. Cuando mira hacia abajo de donde vive se da cuenta de que hay un dojo donde unos jóvenes entrenan a sol y sombra. El viejo maestro espera que un día, uno de esos jóvenes llegue a retarlo y ese sea su final, pues ese el ciclo de la vida.

Un día llegan tres hombres  a retarlo. El primero es rápido pero no lo suficientemente fuerte. El segundo es rápido y fuerte pero no lo suficientemente sabio. El tercero es el mejor de todos y finalmente vence al maestro. Este es el Cambio de Guardia.

Entonces, el hombre se da cuenta de que ha estado soñando despierto. El dojo está ahí, pero los únicos entrenando son niños. El maestro desaparecería antes de que cualquiera de ellos tuviera la edad suficiente para desafiarlo.

“The Epic” le hace honor a su nombre con largas piezas en las que los puentes levitantes se unen a riffs poderosos e improvisaciones que se tejen como alfombras fantásticas capaces de volar a dimensiones que hasta entonces habían permanecido ocultas. Introspectivo, lírico, hipnótico y definitivamente a la vanguardia “The Epic”  no sólo ha puesto a Kamasi Washington bajo el reflector; también  ha resultado ser una bocanada de fuerza y frescura que la escena del jazz de la costa oeste estadounidense necesitaba.

Por si esto fuera poco a través de su música el saxofonista está mostrando las posibilidades infinitas del jazz a una nueva generación que recibe sus propuestas sonoras  con agrado y frecuentemente se sorprende al descubrir que eso que acaba de volarle la cabeza se llama  jazz.  

“He tenido experiencias en las que la gente me dice <¡Odiaba el jazz antes de escucharlos chicos!> y yo les  digo <No odiabas el jazz antes  de escucharnos, odiabas la idea del jazz>”