«¡Y la manera en que bailaba!

¿Quien sabía que las caderas humanas pudieran girar así?…

¿Acaso moverse así le resultaba natural

a un chico rural que solía conducir un camión?»

-Pamelas Des Barres, autora y groupie, hablando sobre Elvis Presley

El icono del rock Elvis Presley obtuvo el mote de “la pelvis” en el año de 1956 después de presentarse en el programa de televisión Milton Berle Show. Ya que el espectáculo incluyó sugestivos movimientos de cadera y posturas en las que sus piernas tomaban ángulos extravagantes. Incluso hubo quienes compararon su interpretación de “Hound dog” con un strip tease. A pesar de la desaprobación de muchos padres y miembros conservadores del público, la juventud y en especial las mujeres se rindieron frente al encanto de este cantante a quien consideraban símbolo sexual. Pero una pregunta quedaba en el aire ¿cómo este chico de campo había aprendido a bailar así?

La respuesta tiene nombre de mujer: Tura Satana.  También conocida como “Miss Japan Beautiful” una bailarina exótica y  actriz nacida en Hokkaido, Japón bajo el nombre de Tura Luna Pascual Yamaguchi. Cuya familia se había trasladado a Estados Unidos al terminar la segunda guerra mundial donde Tura pasó un tiempo en un campo de reubicación en las afueras de Lone Pine, California. Fueron tiempos difíciles pues las instalaciones eran pobres, el hacinamiento terrible y tenían que cultivar su propia comida. Finalmente ella, su hermano y su padre salieron del campo, pero su madre que era nativa americana tuvo que quedarse. Ni siquiera le permitieron tocar la reja.

Desgraciadamente los retos y vicisitudes de su infancia no terminaron ahí. Así que cuando en 1954 recibió la oferta de ganar 125 dólares a la semana por quitarse la ropa decidió intentarlo. “Al principio era atemorizante, pero cuando vi las miradas de apreciación de algunos miembros de la audiencia, me sentí muy especial”1. declaró al respecto posteriormente. Ese fue el inicio de su carrera en el burlesque donde su cuerpo -un crisol de herencia japonesa, filipina, cheyenne y escocesa – aunado a su talento para crear rutinas de baile que incluían motivos orientales y espadas japonesas la hicieron notoria.

Una noche en Biloxi Mississippi, después de trabajar Tura decidió caminar por la playa para relajarse cuando un hombre muy bien parecido se le acercó. Entablaron conversación y anduvieron lentamente por la playa hasta que salió el sol. Tras el encuentro Tura se dio cuenta de que no le había preguntado su nombre, pero no olvidó sus ojos azules. Los cuales se volvió a encontrar nueve meses después entre los bastidores del teatro Chicago Follies.  Donde el mismo chico se le acercó preguntándole si se acordaba de él.

Tura no había olvidado al dueño de esos fantásticos ojos azules quien resultó llamarse Elvis Presley.  “El rey” por su parte había visto su rutina de baile y se preguntaba cómo le hacía para moverse así.  Ella le explicó que su rutina estaba basada en artes marciales y él inquirió si podía enseñarle algunos pasos. Durante los siguientes días pasaron juntos todo el tiempo que pudieron, Tura incluso lo llevó a degustar comida japonesa en casa de su padre. Pero Elvis no sólo aprendió de cuestiones culinarias a su lado, pues la bailarina también le enseñó como besar y complacer a una mujer.

A partir de ese momento se reunían secretamente cada vez que tenían la oportunidad y de acuerdo con Satana esos encuentros refinaron las habilidades amatorias del icono de rock. “Cuando empezamos por primera vez, era como bam, bam gracias madam, hasta que le enseñé qué hacer. Eventualmente se volvió mucho más sofisticado” dijo Tura al respecto. También afirma que cuando lo vio en televisión usando sus movimientos de baile se sintió felizmente sorprendida pues sabía que ella le había enseñado esas sacudidas y meneos.

Sin embargo, cuando Tura Satana rechazó la propuesta del coronel Tom Parker– manager de Elvis- de dejar que manejara su carrera como bailarina a cambio de 55 % de sus ganancias (mismo acuerdo que tenía con Presley), el coronel decidió que esa relación debía terminar.  A pesar de eso el rockstar decidió darle un anillo de diamantes de tres quilates y medio y le pidió matrimonio. No obstante su compromiso se mantuvo secreto ya que la asociación del rey del rock con una actriz de burlesque podía ser perjudicial para la ascendente carrera de Elvis.

Posteriormente Presley manifestó que no quería que su compromiso fuera secreto, pero Tura estaba al corriente de sus relaciones con otras mujeres. Finalmente, tras ver sus fotos en las revistas con otras actrices decidió devolverle el anillo y dejar todo atrás. No obstante Elvis se negó a recibir el dichoso anillo de diamantes diciéndole que era parte de ellos y que siempre sería suya mientras tuviera el anillo, a lo cual Tura respondió «No, no lo seré. No te perteneceré más. De ahora en adelante voy a salir con otros chicos y haré lo hago mejor”.

Pese a la ruptura mantuvieron contacto telefónico, ya que en palabras de Satana él siempre conseguía su número sin importar cuántas veces lo cambiara.  Su amistad continuó pero cada vez que el rey le propuso regresar a sus apasionados encuentros ella reiteró su negativa.

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Ponle soundtrack a este post con la actuación de Elvis Presley en el show de Milton Berle  https://www.youtube.com/watch?v=iWj7bLxM0zg

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1.Des Barres, Pamela, “Let’s spend the night together”. Chicago Review Press 2007.

2. Idem