Confesiones sobre la meditación, el silencio y la poesía

He guardado silencio. Cuando era niña mi madre solía repetirme esa frase del conejito de Bambi  que enunciaba  “si al hablar no has de agradar, será mejor callar”. Con frecuencia las cosas a mi alrededor, los objetos, las personas, las  situaciones, las imágenes que me da la red del mundo exterior y los otros seres que en él viven me desconciertan. Entonces encuentro en el silencio un refugio. Creo que todos necesitamos tiempo y silencio para digerir la realidad, lo que creemos real; incluso para caer en reflexiones metafísicas al respecto. A través de la meditación me he dado cuenta […]