I. Las llamadas de madrugada
“Son las tres treinta de la mañana y el teléfono suena. Es Mikey llamando desde LA. Quiere dictarme un poema. ¿Para el registro? ¿para el archivo? ¿una futura publicación? “Okay Mikey, adelante”, le gruño medio dormido al teléfono y obedientemente tomo nota del poema mientras su voz ronca dramatiza cada línea. En retrospectiva, estas peticiones matutinas no carecían de razones, dadas las circunstancias en las que Miguel Piñero vivió y desarrolló su arte…»
Publicado por Revista Registro, Agosto 2013 http://registromx.net/ws/?p=3271
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