El martes 14 de junio en la tarde recibí un mensaje de Karloz Atl, luego una llamada.
Rápidamente me explicó que me contactaba a causa de un bomberazo, es decir, un evento de última hora. Se trataba de un slam de poesía el jueves en el centro de Tlalpan ¿podría conducirlo? Contesté que sí y así fue como el 16 de junio conduje algo que se trató sobre el slam pero no fue un slam, pues no hubo competencias, ni jueces, ni límite de 3 minutos. Incluso en algún momento incluso hubo disfraces y hasta un miembro del público que espontáneamente se puso a cantar y tocar la guitarra.
En realidad lo que sucedió fue que el evento estaba planeado originalmente en el quiosco de la plancha principal, pero las elevadas probabilidades de lluvia cambiaron los planes. De tal manera que el audio y la acción se trasladaron frente a la delegación donde existía un techo que podría cobijarnos en caso de que Tláloc decidiese verter el líquido vital sobre nosotros. Mientras los técnicos conectaban los micrófonos, llegaron quienes serían mis cómplices esa tarde: Shimara Magaly t.c.c. Kika Briones, Sandra Araujo y Betsabé Guardia t.c.c. Betsy Numen. Durante las siguientes horas compartimos nuestros poemas con la audiencia al tiempo que les explicábamos que el mentado slam era un un torneo de poesía que nació en la década de los años ochenta gracias a Marc Smith y su interés en inyectar dinamismo y energía a las lecturas poéticas a micrófono abierto.
También les contamos que reglas de un slam son 3 y son simples:
1) Cada participante deberá usar únicamente su cuerpo y su voz.
2) Cada participante cuenta con 3 minutos.
3) Cada participante deberá interpretar un poema de creación propia.
Al menos esas son las reglas básicas, aunque al paso del tiempo y conforme el slam se ha difundido en diferentes puntos del globo se han creado variaciones que en ocasiones han roto estas reglas originales. De tal manera que si se desea se puede hacer un slam en el que equipos de una bailarina, un músico y un poeta ( o cualquier otra combinación) participen en cada intervención, o un slam en el que la premisa sea rendir tributo a un gran bardo y los poemas que se lean no sean de autoría propia. Pero originalmente el slam tenía estas reglas porque mantenerlo sencillo hacía posible que estos eventos ocurrieran en un sinnúmero de lugares Potencialmente cualquier bar, centro cultural, teatro, jardín, quiosco, esquina, escuela, azotea o puente peatonal podía volverse escenario de uno de estos torneos, ya que no se requería de utilería o mayor producción. Esta simpleza deja tanto espacio a las variaciones, es decir a la adaptación que desde mi punto de vista es una de las razones por las cuales el formato se ha popularizado ampliamente.
Por otro lado, a pesar de ser un torneo, lo más importante de un slam no es el concurso per se o quién gane, o si de verdad es el “mejor” o cómo diantres se puede decir que este es el mejor si juntas gente con estilos, presencias e influencias tan disímbolas. En realidad todo esto es secundario, la cuestión de fondo es que el juego, es simplemente un pretexto para reunir a las personas a través de la poesía. Es decir, a través de mensajes codificados en un lenguaje emotivo y vital que va más allá de los usos lineales de las palabras y la lógica.
Al insuflar aliento a versos libres y estrictos, que contienen todos los aspectos de lo que significa estar vivo, estos encarnan en la voz y a través de ella se vuelven capaces de tocar, acariciar, exhortar, aclamar, alabar, repeler, aullar, ulular, trinar, ladrar, murmurar y tararear. La poesía es el vehículo natural de conmovedores mensajes que no podrían ser transmitidos con mayor fidelidad por ninguna otra forma de lenguaje y esta es su mayor virtud. Pues cuando las personas se reúnen para compartirse sinceramente los sentimientos, experiencias, nacimientos, transformaciones y muertes, entonces, se vuelven parte de una comunidad. La poesía es capaz de crear comunidad y también de fortalecerla. En mi opinión esta es otra de las razones por las cuales no sólo se resiste a morir, sino que ha ido ganando terreno.
A nivel personal, me ha tocado hablar mucho del slam de poesía, incluso cuando me alejé de dichos torneos, pues la poesía en voz alta como un acto colectivo y público me han llevado a explorar otras asociaciones, formatos y elementos que no tienen un lugar dentro de las reglas tradicionales del slam. Puede ser que me busquen para hablar sobre el tema porque me involucré en este tipo de eventos durante los primeros años de su aparición en México, o porque asistí y gané algunos slams o porque repetí ciertos poemas una y otra vez para una audiencia que parecía amar los clásicos. En todo caso yo no creo que el slam como tal sea tan interesante o importante. Yo creo que lo realmente conmovedor, es cuando te vuelves testigo del momento en el que alguien se desnuda y entrega a los presentes todo lo que es, en cuerpo, habla, tiempo y espacio. Creo que eso es formidable, poderoso y la única razón por la cual valdría la pena ir a un slam.
Para mí una de las cuestiones más interesantes es como este concurso de 3 reglas simples ha logrado reunir a personas que pertenecen a culturas predominantemente urbanas alrededor de la poesía, dándoles un vehículo para expresar lo inexpresable, para olvidarse de la productividad y entregarse a la creatividad, para abandonar la seriedad y permitirse el juego, para acercarse, sincerarse y saber que no están solas.
Esto fue lo que de alguna manera intentamos transmitirle a quienes estuvieron el jueves 16 de junio en el centro de Tlalpan. Yo la pasé bien, de hecho creo que disfruté hacer poesía en voz alta como pocas veces en mi vida y disfruté aún más poderlo compartir con mis compañeras poetas, cuyas palabras les comparto a continuación.
Shimara Magaly t.c.c. Kika Briones
Periodista y artista conceptual que ha hecho del spoken word la base de su lenguaje performativo.
Existo desde la tinta que se derrama sobre el pantano, hasta el subsuelo. Donde la
acidez de la tierra no permite la vida. Soy mujer-errante, navego kilómetros de deseos
en tormenta, granizo en primavera. Miro de reojo como se disuelven mis granos entre
tus cuerdas. Ato partículas de mentiras a verdades absolutas para permanecer en vilo,
desovando a la puerta de tía María. Juana me ha contado una historia, sobre niñas que
brotan de los sueños de quienes las olvidan, hojas marchitas. Niñas que sin saberlo se
convirtieron en mujeres-llano. Invadidas por cuerpos extraños, lloraron por las
muñequitas rotas y los zapatitos raspados. Mujeres-cascada, que en caída libre
vaciaron su mirada. Mujeres que no hablan de su infancia porque los recuerdos
hieden. Olores de sonrisas inertes que cuelgan de la enredadera, balanceando su pena.
Existo desde la tinta que se derrama sobre el pantano, hasta el subsuelo. Donde la
acidez de la savia no permite que broten las flores. Soy mujer-desgarre, no olvido la
fragilidad de la porcelana. Observo al mundo a través de la pinchadura de un alfiler,
mientras zurces mis ojos con tus fantasías. Cuentos que hablan acerca de mujeres-
viento, chiquillas extraviadas, que vuelan alrededor de la almohada; que se convierten
en polvo bajo la cama. Mujeres-río, que se diluyen sobre nuestra conciencia en tacones
de diez centímetros. Mujeres que yacen en la frontera y juegan a ser niñas. Ignorando
las llagas en su piel, le susurran al tiempo una canción de cuna.
Existo desde la tinta que se derrama sobre el pantano, hasta el subsuelo. Donde la
acidez de la carne descompone los huesos y las pequeñas muñecas vuelcan marea.
Soy mujer-errante
–mujeres-llano. Mujeres-cascada–
Soy mujer-desgarre
–mujeres-viento. Mujeres-río–
Soy mujer-ausencia
Invócame
Mi nombre es
ARENA
Betsabé Guardia t.c.c. Betsy Numen
Escritora, poeta, slamer, ciclista, mochilera, locutora de radio y licenciada en Estudios Latinoamericanos.
Sibila
l
Más tardo en renacer que en volver a enamorarme
Y más tardo dejando ir todo que dando de a montones
Lo que soy.
[Al término del último barranco me encontré
Con aquello de que eran reales las fosas
Y que tan comunes como la tristeza eran
Los muertos de amor y de guerrilla.]
Más tardo en renacer que en volver a degollar
Mi propio pescuezo con peligrosas promesas
De recorrer el mundo entero buscando la paz
(Interna) que a mansalva probó alguna vez el zigzag.
De los pasos que como pistas se esgrimieron hacia el final
Fui maldiciendo la buena racha de suerte, destino y estro
Que atrajo como mosca o abeja tu aguijón a mis estocas
Y que en mis estocas se proclamó estímulo e inspiración
De las palabras inventadas que formar lo que soy.
Más tardo en renacer que en ver que tú no renaces
Y que nomás no quieres o puedes desbaratar el cáñamo
Que sostiene mi dedito.
ll
Estoy recorriendo el circuito
Que franquea mi única vena
Y estoy descubriendo
Que en lugar de tener branquias
Tengo plumas, matriz y orejitas de leviatán.
[Toda mi vida he estado engañada
Pensando que soy humana.
Pero un buen hombre me ha estrujado con compasión
Mientras me llama Sibila y lo he recordado todo:
Desde mis quinientas cincuenta y cinco vidas anteriores
Hasta el día hoy que me hinqué con la cabeza en alto
Pidiéndole a Dios que te cuide porque yo ya no puedo.
Ahora lo comprendo, no de ésta vida sino de todas las futuras:
Antes del quebranto todo existe
Y sólo hace falta desmenuzar los altares
Para ver la punta y la colita del mismo cordel.
Ahora lo comprendo:
El tuétano es al verso
Como la cal al hueso.
Las ardillas son al fuego
Como su pelo al pincel.
La espina al lóbulo
Como el iris al sur.
La Urss al frío
Como el río
Al zopilote.
Los cañones a éste
Como los bosques
Altos y el desierto bajo
Al centro de un Guerrero
Fogoneando en verde
Mi espíritu blandito.
Ahora lo comprendo:
Todo es una posibilidad de muerte.
Ahora lo comprendo:
Que esté viva no es un privilegio sino un antecedente.
Sandra Araujo
Licenciada en desarrollo y gestora intercultural, performer, poeta y miembro de Centro Transdiciplinario Poesía y Trayecto A.C.
Onanismo Oral
I
Como rito de consumación apunto la matricula de contacto sobre tu flor de la vida. De ahí al
entierro, vestidos de morado porque ya cambió de temporada la muerte. Primavera-Verano.
Todos los mamíferos se conectan por las mucosas. No es necesario ser científica para insinuar ni
ser vidente para dar pronósticos del tiempo. Pregúntale a las hormigas
II
Tu flor maduró y ahora es un cubo –y una cuba-. Nuestros vértices se ignoran, y los catetos se ríen
de su patética pretensión. Al final, nadie mostró el letrero de to be continue. No hubo cortes
comerciales, ni semana de espera.
III
Ponemos a remojar a Descartes en la leche ahora sin cereal. Estoy dispuesta a abrirle las nalgas a
Kant hasta hacer de su culo un caldo… y que así caiga en cuenta de que la razón y la pureza no
bailan en el mismo salón. Acumulo estas imágenes en la punta de mi dedo índice y aguardo el
momento en el que te prenses a mí como en el más primario contacto con tu progenitora.
Direcciono tu lubricación y casi tiránicamente te invito a que succiones todo mi deseo de
alimentarte. Los mitos modernos escondidos en mi mano derecha entran en acción. Me permito
correrme en silencio, para no llamar la atención de tu mandíbula expandida que esculpe los senos
que te mirarán al final de la travesía. Mi goce más primario se consuma con apenas unos
acalambrados guiños en mi pie izquierdo que, por suerte, nadie mira.
IV
Interrumpo la catarsis sensitiva entre tus dientes y mi pezón. Cuando te desprendes suenas como
un vino al ser descorchado y quiero probarte. Busco con la lengua bien adentro de tu máquina de
matar y descubro que no es la manera de encontrarte. No voy a dejar que te me vayas como las
ideas. Quiero tomar vino, no coleccionar corchos.
V
Ese impulso heurístico me coloca en otra capa cuántica que empieza en tus testículos. Comienzo a
cartografiar las texturas que están al servicio del consumidor. Te abro como a las líneas de tus
dibujos queriendo transformar un ángulo grave en uno obtuso. Me deslizo en tu ingle sólo por
voluntad de las papilas más curiosas: las que están en la punta de la lengua. Pero no permanezco
mucho tiempo para que no se les haga costumbre. Quiero lamer tus bolsas de leche. Me meto una
en la boca y, mientras mi lengua le traza unos acertijos, yo me detengo a sentir cómo te mueves
dentro de mí, cómo rueda parte de la salvación de la especie entre mi paladar y mi lengua. Y
cuando el giro cósmico termina, recupero la conciencia dactilar. Llevo mi palma a tu miembro y se
inserta involuntariamente en mí la imagen de un árbol.
VI
Lamo tu tronco desde la base hasta el glande, con la paciencia de una campesina que encuentra
una nueva fuente de alimento. Quiero hacerte crecer y que me des de comer, repito cada que mi
lúbrico recorrido llega a la copa de tu árbol. Te riego enterito. No quiero que nada te dañe, que
nada te ocupe más que florecer. Quiero hacerte crecer y que me cures. Tomo con firmeza tu pene
y lo recorro de la copa a las raíces. Me gusta mucho sentir tu follaje; me entretengo a la parte en la
que empiezan las hojas y como una parvada de pájaros mi lengua aletea en tu glande. Voy más
adentro. Las raíces son las que colectan agua. Por eso hago que mis labios reposen en tu base y
me detengo unos segundos para que tu copa se encuentre con el sol mayor de mis cuerdas
bocales. Sigue el baile sincronizado entre mi mano y mi boca. Y entras cada vez más como
queriendo encontrar algo en mi paladar que siempre escondo entre palabras. Y yo miro tus raíces,
se aproximan y se alejan cada vez más, porque creces y mi recorrido se hace más largo cada que
quiero alcanzarte en los cimientos. Pero no me preocupa. Cómo no vas a caber en mi campo si soy
yo la que te abona.
VII
Siento como asciende tu salvia. Es luna llena, se yerguen tus pétalos hacia la noche de retinas. Éste
es mi momento de redención. Levanto la mirada, quiero ver a quien me sana. Quiero saber quién
me alimenta.